domingo, 2 de octubre de 2011

Tengo mis críticas en materia de seguridad ciudadana

Aunque me parecen interesantes y en cierto modo confiables los diferentes operativos y dispositivos que incorpora el Ministerio del Poder Popular para el Interior y Justicia, para hacer frente a la inseguridad que indiscutiblemente existe en nuestro país, considero que hace falta actuar con mayor eficiencia y eficacia en esta materia.

Es preciso, hacer referencia a una vivencia particular, (aun siendo particular considero oportuno mencionarla). La madrugada del domingo 2 de octubre intenté de mil maneras comunicarme a través de los números dispuestos para atender emergencias, en virtud que requería presencia policial en el sector de la ciudad capital donde habito, siendo este infructuoso. Por fortuna la emergencia aunque puso en peligro mi integridad, la de mi familia y la de algunos miembros de mi comunidad no pasó a mayores.

Sin embargo, hago hincapié en que es ilógico que existan números telefónicos, "dispuestos" supuestamente para atender emergencias, y éstos se queden en el papel. Les resumo, inicialmente intenté comunicación a través del *1 de Movilnet, (imposible), sería interesante saber qué ocurrió con este servicio de emergencias, tengo información de personas allegadas que anteriormente lo utilizaban y éste no sólo respondía de manera inmediata, sino que los operadores se comunicaban constantemente con el denunciante para informarse si su emergencia había sido debidamente atendida, continuó, *171 ¿ya no existe? 0800-POLINAC, (7654622), (nunca contestaron), y este Comunidades: (0212)339.44.99, publicado en el portal Web de la Policía Nacional Bolivariana, www.policianacional.gob.ve, la operadora indica: "el número que usted marcó no se encuentra asignado a ningún suscriptor por favor verifíquelo e intente de nuevo su llamada". ¿Por qué se encuentra publicado un número que ni siquiera existe?, Policía de Caracas, (imposible), emergencias CICPC, (imposible). Incluso, traté de comunicarme con algunos agentes encargados de la seguridad, contactos que como periodista poseo y resultó de igual manera, imposible.

Tal situación es grave debido a que no se logra el objetivo propuesto en la implementación de los operativos de seguridad que buscan: "generar una sensación de seguridad", al menos en mi caso no funcionó por el contrario tuve una gran sensación de indefensión por parte de los entes encargados de la seguridad ciudadana.

Insisto y siempre insistiré en ello, la mejor manera que éste y todo proceso revolucionario progrese en un sistema democrático como el que vivimos en Venezuela, es que haya eficiencia y eficacia en la aplicación de políticas públicas, esto es absolutamente necesario para avanzar, y considero que no es para nada difícil, porque ha quedado demostrado que cuando en este país se quieren hacer las cosas bien se han hecho. Por supuesto, existen aciertos en materia de seguridad, ejemplo, aumento de presencia policial en las calles y avenidas de Caracas, que se ha extendido a varios días de la semana y no solo los jueves y viernes, y que ahora la comunidad se reúne con representantes de organismos policiales para discutir sus problemáticas en esta materia, entre otros aspectos positivos. No obstante, detalles como los que menciono continúan empañando la calidad en materia de seguridad ciudadana.

Humildemente propongo que se cree un sistema de atención de llamadas de emergencias que sea capaz de atender las 24 horas a la ciudadanía en general, y esto es importante recalcarlo, porque la delincuencia no tiene horario de oficina; que este número además sea atendido por oficiales responsables que transfieran la llamada de emergencia de forma inmediata al ente requerido por la o el ciudadano, entiéndase, Cuerpo de Bomberos, Policía Nacional, CICPC, Policía de Caracas, Protección Civil, etc. Que además mantenga una comunicación constante con el denunciante, para determinar si su emergencia ha sido atendida de manera efectiva.

Estoy completamente segura que si se aplicaran estas medidas, y por supuesto, otras obviamente dispuestas por los expertos en materia de seguridad, se lograría en un porcentaje importante optimizar el sistema de seguridad en el país que no solo "genere una sensación de seguridad", sino que efectivamente el ciudadano común sepa que cuenta con entes policiales capaces de protegerle en caso de cualquier emergencia.

*Periodista. Directora del periódico El Socialista

sábado, 25 de julio de 2009

El deber ser del periodista

El Día Nacional del Periodista debe convertirse en una fecha reflexiva para analizar realmente la profesión, su importancia y el papel que desempeñan los trabajadores de la comunicación en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria

Por: Gabrielys E. Orsini


“Es aunque no lo crean una profesión mal pagada, sino tienen una cara bonita ni un buen cuerpo como para trabajar en televisión, y no cuentan con buen timbre de voz, les sale estar plantado en una redacción fumando cigarrillos o tomando café, la única forma de ganar plata a través del periodismo es que tengan su propio medio de comunicación y mira eso es más difícil que matar un burro a pellizco, así que si todavía quieren estar aquí, bien, sino aún están a tiempo para arrepentirse y cambiar de profesión, porque no todos ustedes van a trabajar en televisión o en radio, fueron palabras del profesor de Castellano 1 de la escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela, dichas cuando inicié mi primer semestre de periodismo, por allá en el año 2.000. Lo que olvidó mencionar ese profesor fue el papel preponderante que juega un periodista en una sociedad sobre todo si éste cumple su verdadera función, informar con veracidad.

Para nadie es un secreto que en las escuelas de periodismo de este país, (haciendo la salvedad, lo creemos así, la de la Universidad Bolivariana de Venezuela), educan a los bachilleres para ser periodistas galanes de televisión o de radio, y ese es el disco que los profesores durante los 5 años de carrera repiten. Pocas son las materias impartidas en las escuelas de periodismo que infunden la ética periodística y el rol que éste debe cumplir, para ser exactos en el caso de la UCV, sólo hay una materia que analiza el Código de Ética del Periodista venezolano, cátedra impartida en el séptimo semestre de la carrera de paso con poca profundidad, educan además sobre los trámites legales a los que debe someterse un periodista en caso de incurrir en lo que conocemos como difamación e injuria.

Está comprobado que la materia es insuficiente, debido al rol que el futuro comunicador deberá asumir a lo largo de su trayectoria periodística, remito pruebas, al observar periodistas que mienten descaradamente ante la opinión pública sobre hechos que asumen como una realidad y así la venden, (caso entre muchos, el recordado periodista de Venevisión quien tergiversó un supuesto hecho ante el país y el mundo). O como los periodistas de RCTV y Globovisión quienes se colocan al servicio de sus jefes, antes que al servicio de los intereses del pueblo, por el contrario difunden lo que a conveniencia para ellos es la verdad, por tanto para el público que los siguen son verdades incuestionables.


El deber ser de un profesional de la comunicación es informar con veracidad al pueblo de los hechos o acontecimientos del país, independientemente de la ideología política con la que simpatice, un periodista se debe al público que día a día lo sigue y confía en su credibilidad, credibilidad que paradójicamente se convierte en verdad incuestionable y en patrones de conductas a seguir, es por ello que ese poder debe ser revertido en beneficio de las comunidades, me refiero a ejercer un periodismo social, es decir, involucrarse con la gente conocer de sus necesidades, informar sobre ellas sin que tengan que convertirse en un elemento útil para sí, o para el dueño del medio para el cual trabaja.

El periodista debe asumir la tarea de involucrarse en la noticia, sin ser parte del hecho noticioso ni convertirse en protagonista, cuando hablo de involucrarse en la noticia, señalo que hay que darle seguimiento a las problemáticas sociales y utilizar el poder mediático en las soluciones de las mismas. Si todos los periodistas asumiéramos ese rol, seguramente esta hermosa, noble y tan cuestionada profesión no estaría en tela de juicio como lo está actualmente.

Un comunicador social debe respetar lo aprendido en teoría, informar sin manipular la noticia, aunque la línea editorial del medio de comunicación para el que trabaje, no lo permita, de una u otra manera la verdad siempre debe salir a la luz pública. El periodista debe convertirse en aliado de las comunidades y no en artistas, ídolos y actores, debe ser el que se preocupe por ofrecer apoyo a los más desasistidos mostrando interés de investigar sobre sus problemas coyunturales, un buen periodista debe promover la identidad cultural de su país y resaltar sus virtudes sin obviar las fallas, es algo muy parecido a la objetividad o la imparcialidad (que sabemos no existen).

Importante es entonces, que este y todos los días al salir en busca de la noticia se tome como premisa el deber ser de un buen periodista: informar con veracidad lo que está ocurriendo en la sociedad tenga o no elementos a favor o en contra de la ideología política con la que simpatice. Aunque un periodista deba regirse por la línea editorial de los medios de comunicación es responsabilidad de éstos saberla asumir, sin apoderarse de la información, ni dejarse manipular por los dueños de los grandes medios, ni mucho menos utilizar el medio para manipular, esa es la tarea y responsabilidad social de cada profesional del periodismo. Está en cada uno de los profesionales de la comunicación reflexionar sobre el papel que desempeñan en la sociedad y sobre todo saber emplearlos y defenderlos en el momento que se crea oportuno.